Hace unos días me pasó algo increíble. Era algo con lo que siempre disfruto mucho: un amigo, poco lector, me dijo que tenía curiosidad por leer sobre feminismo, o libros más feministas. Aunque no me considero una experta en el tema, la posibilidad de acercarle a la literatura feminista me entusiasmó. Sin embargo, en cuanto me enfrenté a mi propia estantería, con mis títulos favoritos, me topé con ciertos prejuicios.
En primer lugar me vinieron a la cabeza nombres como Virginia Woolf, Simone de Beauvoir o Sylvia Plath pero pensé que de primeras podría ser demasiado para alguien que no se había aproximado a la «temática». ¿Por qué? Quizá un libro en el que el discurso feminista o sus valores estén implícitos pero que tuviera una trama actual, podría ser más interesante para una primera toma de contacto.
Fue cuando pensé en Caitlin Moran. Aunque su libro Cómo ser mujer (junio, 2011) pueda resultar algo más denso al ser ensayo, el de Cómo se hace una chica (mayo, 2015) me pareció el libro perfecto para recomendarle: de ficción, divertido, fácil de leer, actual y con valores feministas. Sin embargo, cuando estaba a punto de cogerlo, pensé: ¿No será demasiado «de chicas» para él? ¿Podía un chico sentirse identificado con una protagonista femenina? ¿Podría ponerse en la piel de una adolescente caótica? Y, lo más interesante: ¿Podría llegar a divertirle? Mis primeros pensamientos machistas me horrorizaron. Si yo leo de todo, ¿por qué debo tener en cuenta el sexo de las personas a las que le recomiendo libros?
¿Qué son los libros para chicas?
Pensaba que ya había deshecho mucho camino cuando me topé con ese pensamiento. Harta de escuchar cosas como «películas para chicas» o «series para chicas» había caído en mi propia trampa. Algo que me dio qué pensar. Por lo general, aquellos «libros para chicas» suelen ser libros con protagonistas femeninas donde la trama giraba en torno a ellas y al amor. Pero, ¿qué supone que se haga esta distinción? ¿Es una forma de acotar el público y hacer que se venda de forma más sencilla? ¿Interesa que los «chicos» y las «chicas» leamos cosas diferentes?
Creo firmemente que la literatura puede provocar cambios en una persona, mejorarla, por ello me parece tan peligroso que (1) nos encasillen libros para que no lleguen a nuestras manos y, por supuesto (2) que no se den a conocer a mujeres autoras, aunque eso como ya sabrás, es otro tema.
Mientras escribía este post, le pregunté a otro amigo: ¿Tú qué consideras «libros para chicas»? Su respuesta fue contundente: 50 sombras de grey. ¿Cuál es la fórmula para catalogar un libro bajo este género inventado? ¿Por qué no puede ser ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?de Philip K. Dick, un «libro para chicas»? O, por ejemplo, el espectacular Parentesco de Octavia G. Butler… ¿Es que la ciencia ficción, la filosofía y el razonamiento debe quedarse solo en «terreno de chicos»? No lo creo.
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Nos han estado mintiendo: la literatura no tiene género
Si te paras a pensar, cuando somos niños o adolescentes, los libros no tienen género. Da igual si eres chico o chica, seguramente Harry Potter te ha enganchado y te hizo soñar. También es probable que leyeses Memorias de Idún de Laura Gallego o El Principito. Pero… ¿Qué pasa después? ¿Por qué está bien visto que «los chicos» lean ciencia ficción mientras que a «las chicas» «nos dejan» libros como 50 sombras de grey?
Si nos pusiéramos más veces en la piel de otras personas, a través de los libros, seríamos mejores personas. Podríamos ser seres más empáticos con la gente que nos rodea y conseguiríamos entendernos mejor.
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Espero que podamos ir cargándonos poco a poco los prejuicios y reaprendiendo cada día. Que dejemos de usar «libros para chicas» o «libros para chicos» como géneros literarios y que rompamos un poco los estereotipos en cuanto a literatura (y muchos otros aspectos más). Además, te lanzo una pregunta para reflexionar: ¿Qué podemos hacer para cargarnos estos estigmas sociales? ¡Deja un comentario en este post con tu opinión al respecto!
Y, por cierto: mi amigo todavía no ha terminado de leer Cómo se hace una chica, pero ya me ha adelantado que sí, le está gustando. Que se está divirtiendo y, además, que se ha sentido identificado varios aspectos. ¡Chúpate esa, patriarcado!
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