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La vida es un cuadro de Hopper, de Carlos Langa

La vida es un cuadro de Hopper de Carlos Langa

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La vida es un cuadro de Hopper es el primer libro del guionista Carlos Langa, en el que realiza una radiografía de la vida cotidiana en Madrid. En cuanto lo abrí y empecé a leerlo, no pude evitar pensar en cómo fueron mis primeros días en la capital. Aunque la ciudad ya me era muy familiar, esperaba con gran ilusión el poder independizarme y empezar mi vida aquí. Puede que las películas y los libros que he leído tuvieran la culpa de romantizar demasiado ese momento. Pero lo cierto es que para mi fue tan especial como lo narraba el protagonista del libro, lleno de emoción, expectativas, oportunidades y posibilidades.

Aunque poco tenía de romántico el cargar con dos maletas y algunas bolsas más grandes que yo y arrastrarlas por el metro de Madrid. Con sus transbordos y escaleras incluidos. Cuando por fin organicé todo, y me armé de energía para ir a llenar el frigorífico, salí a la calle con energías renovadas. De camino a un supermercado bastante deprimente y desolado, miré hacia mis pies y ahí, en medio toda la gente, una ratilla asomaba su naricilla y bigotes por una alcantarilla. Madrid me daba la bienvenida.

Lejos de tomármelo como una invitación para volver atrás, fui a casa, dejé todo y me monté en el metro de nuevo para recordar por qué estaba allí. Me bajé en Gran Vía, en la línea 5. Esa salida en concreto, siempre tiene algo bastante especial porque, cuando sales, el sol queda de espaldas y cuando vas subiendo las escaleras y te giras, te recibe el edificio de Telefónica, el atardecer y el brillo dorado que envuelve toda la avenida. Así empezó mi historia en Madrid, aunque hoy mejor hablamos de la de Pablo, el protagonista de La vida es un cuadro de Hopper.

De qué trata Mi vida es un cuadro de Hopper

El libro cuenta la historia de Pablo, un treintañero que aterriza en Madrid con ganas de empezar de cero. Tiene poco dinero y pocas ideas sobre lo que quiere hacer con suvida.. Pero tiene tiempo por delante y un abanico de posibilidades. Y, según ha visto en tantas otras historias en libros y películas, parece suficiente para empezar.

Comienza a salir y a recorrer las calles de la capital dejándose llevar por los diferentes barrios que se abren a su paso hasta conocer Elia. Ella representa el sueño de la gran ciudad. Una chica joven, con dinero, con interés por la cultura, un grupo enorme de amigos muy diferentes entre sí y un futuro prometedor.

Pero, por mucho que pasen las semanas, y conozca a gente e incluso intente integrarse, lo cierto es que la vida de Pablo comienza a estancarse cada vez más.

En cuanto se disipa la emoción de empezar un nueva vida, aterriza la realidad. Alquileres caros, compañeros de piso excéntricos e insufribles… y un ritmo de vida difícil de mantener.

Qué tiene de especial el libro

La vida es un cuadro de Hopper es un relato bastante realista con muchas pinceladas de lo que implica mudarse a una gran ciudad. La presión por encontrar tu sitio, y lo difícil y caro que es vivir en Madrid. También lo complejas que son las amistades en un lugar tan cambiante y diverso, así como lo difícil que es conectar con alguien de verdad.

Pero no todo es tan negativo. Porque, aunque la ciudad en efecto tiene cierta parte de jungla y necesidad de supervivencia, también vemos algunas de las cosas que la hacen tan mágica para tantas personas. Como el encanto de La Latina, lo divertido que es la noche de Malasaña o la gente que se cruza en tu vida y, aunque no se quede mucho, al menos te deja una historia que poder contar.

Narrado en primera persona, la historia de Pablo también nos permite conocer un arquetipo bastante recurrente en los libros contemporáneos. A través de él se refleja lo perdidos y rotos que muchos jóvenes están a la hora de enfrentarse a lo que han conseguido en la vida frente a lo que deberían haber conseguido. Todo ello según las expectativas, claro. Una crisis de identidad bastante recurrente bien tengas 25, 30 o 45. Una necesidad de replantearte si lo que has hecho hasta ahora ha merecido la pena o si realmente estás dando los pasos que deberías.

Pese a lo complejo y duro de la historia, Carlos Langa ha añadido un par de elementos fantásticos que convierten la narración en algo muy divertido, donde el protagonista se encuentra de vez en cuando con Pio Baroja mientras recorre la ciudad. El personaje de este escritor cascarrabias supone un contrapeso en la vida de Pablo; un recuerdo de la necesidad de tocar tierra y buscar su propio camino. Y precisamente ese mix entre el imaginario de Hopper y Baroja, junto al retrato de la ciudad de Madrid, permiten darle una vuelta a la historia para convertirlo en un relato original, divertido y también bastante generacional.

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Miryam Artigas

¡Hola! Soy Miryam Artigas, y llevo escribiendo en esta web desde julio de 2009. Adoro leer, la fotografía, ver películas y series, cuidar mis plantas y hacer yoga.

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