Los que me leáis normalmente puede que os acordéis de un artículo que publiqué en este blog en el que hablaba sobre mi transición a la lectura digital. Yo era de las que renegó al principio cuando empezaron a popularizarse los dispositivos electrónicos pero el tiempo me demostró que era algo inevitable.
Crédito: Suvi Viitanen |
Que la piratería cultural resulta letal para la supervivencia del sector del libro, no es algo nuevo. Quizá el discurso venga un tanto tardío pero creo que es algo realmente positivo tanto para los lectores como para los profesionales del sector del libro.
Al contrario que en el blog del que os hablaba más arriba, creo que es una buena medida la de regalar la versión online cuando adquieres el libro físico. Por experiencia propia, han habido veces que he decidido dejar de lado alguna lectura por el cansancio de llevar tomos pesados. Poder leer ese libro cuando quieras (en casa, en el autobús, en una cafetería, entre clase y clase…) es una gran ventaja (de ahí a que proliferen tanto los eBooks). Pero ¿es suficiente? Yo creo que no. Sinceramente, creo que el libro físico es difícil que desaparezca de nuestras vidas. Los nostálgicos se aferrarán a él con uñas y dientes para evitar su desaparición. Pero para ayudarles, habría que ofrecerles (ofrecernos) una propuesta de valor distinta.
Créditos Cghub |
Dejando al lado, por supuesto, la calidad de los textos que componen los libros, hay algunos temas que se han estado debatiendo desde hace unos años en redes sociales y blogs. Si algo critica el lector español es el poco mimo que se suele poner en el diseño de las portadas de los libros con respecto a las de otros países. La poca flexibilidad que existe a la hora de fijar y rebajar los precios es otra grande problemática en cuanto al comercio del libro. Y lo mismo pasa con la oferta. Con la gran cantidad de libros que se publican en nuestro país y la amplia oferta que existe de manera ilegal en Internet… ¿serían suficientes estas medidas para erradicar la piratería?
Hay una idea que lleva tiempo rondándome la cabeza y que me encantaría que se hiciese realidad: ¿Por qué en vez de ofrecer una versión electrónica sin más de un libro no se trabaja en éste? Es decir: hacerlo interactivo. Poder interactuar con él: si el protagonista escuchase una canción, que te diese a ti la oportunidad de hacerlo también. Ver un vídeo (por ejemplo del autor hablando sobre el capítulo que acabas de leer) o poder visitar páginas web que aporten contenido interesante para la lectura. Obviamente no soy ninguna experta en esto pero creo que es el momento de arriesgar y buscar alternativas que complementen el libro tradicional. Y por tanto, con esto estoy de acuerdo en parte con Lara. Si que es cierto que hay editoriales que han apostado por diferenciarse (véase Blackie Books y la promo de Lolito) y también creo que las librerías tienen un papel importante en esta evolución. Ya no sólo vendiendo dichos ejemplares si no ofreciendo más servicios (talleres, coloquios, mesas redondas, clubs de lectura, etc) y vendiendo también libros electrónicos.
Creo que las medidas que se están tomando en algunos casos están un tanto desfasadas. Se invierte en booktrailers que no aportan mucho valor y que muchas veces no tienen toda la calidad que debiera. Se hacen sorteos, clubs de lectura y firmas de libros que son medidas geniales (y necesarias) pero que deben ser complementadas con otras nuevas para hacerlas realmente efectivas.
¿Qué futuro imagináis o cuál os gustaría para el sector del libro?