Adiós al culto al libro: ¿Por qué lo tratamos como un objeto de colección?

Contra la lectura de Mikita Brottman epub

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Hace unos meses leí el ensayo Contra la lectura de Mikita Brottman, publicado por Blackie Books. Y debo reconocer una cosa: este libro supuso un cambio para mi.

Contra la lectura me hizo reflexionar sobre cómo había concebido los libros hasta ahora y si todos los prejuicios que había heredado, estaban suponiendo una barrera para no disfrutar todavía más.

Y os adelanto algo: Ahora me siento mucho más libre (aunque sé, de antemano, que no va a ser una opinión muy popular).

¿Por qué tanto culto al libro?

Una de las cosas en las que más pensé fue en por qué tenemos esa dichosa costumbre de concebir el libro como algo sagrado, erudito, lejano. Si los libros nos hacen emocionarnos y nos tocan fibras tan internas e impenetrables, ¿por qué ponemos esa barrera de mantenerlos intactos como si nadie los hubiera vivido?

¿Supone un rito de respeto el no alterarlos? Seguramente tú también has sufrido en algún momento cuando has visto a alguien doblar las esquinas, subrayar o incluso escribir sobre un ejemplar. ¿Eso lo hace menos válido? ¿Menos interesante? ¿Menos perfecto? ¿Hará que dure menos en el tiempo?

Si echo la vista atrás y pienso en la de veces que he leído algunos de los libros de Harry Potter, me arrepiento de no haberlos «disfrutado a fondo». Si pudiera viajar al pasado, le diría a mi yo adolescente que escribiera. Que anote todo lo que le hacen sentir los pasajes. Que subraye con ganas esas frases que le marcaron. Que le hicieron sentir algo. Ahora daría lo que fuera por poder volver a encontrarme con esos pensamientos, con cómo me hizo sentir el leerlos por primera vez y lo que se cruzaba por mi cabeza entonces.

No apto para el lector tradicional: Subraya, pinta, dobla, disfruta 

Así pues, tras impactarme tanto, decidí ponerlo en práctica. Comencé a subrayar en lápiz. Este gesto tímido me resultó patético. Me imaginé cómo me verían desde fuera creando líneas perfectas para que no llamara mucho la atención. Debo reconocer que hasta use una regla para hacerlo. ¿El objetivo no era sobrepasar la línea?

Saqué un subrayador amarillo de mi bolso y, tras pensármelo un segundo, empecé a subrayar un fragmento que me había encantado. ¿Y quieres saber qué? Disfruté muchísimo de la sensación. Puede que suene extraño leerlo, pero me sentí más cerca del libro y más lejos de los prejuicios. Aunque claro, se trataba de un ensayo. Un ensayo se parece a un libro de texto. Y por ellos si que no tenemos tanta estigma. Así que lo hice también con mi siguiente lectura de narrativa.

Y volví a sentirlo. Aunque a siemple vista no sea tan estético, este simple hecho me hizo darme cuenta que al hacerlo, reflexionaba de verdad sobre el fragmento en sí y esto me daba una perspectiva más rica sobre la lectura.

Contra la lectura: Adiós al culto al libro

Desde que tengo este pequeño espacio siempre he utilizado «pegatinas»/stickers/post it para señalar aquellas páginas que me parecían interesantes o relevantes para hacer la reseña del libro. Incluso frases que me parecían bonitas para destacar. Pero ahora, además de esto, he decido dejar el miedo atrás. A partir de ahora subrayaré, escribiré y me permitiré doblar páginas si así lo considero. He decidido decirle adiós al culto al libro y dedicarme a disfrutar más de él. A hacer la lectura más rica y a permitirme hablar con mi yo del futuro, por si en algún momento se siente perdida y necesita volver a esas páginas. Siempre y cuando no estropee o entorpezca la lectura, claro.

Sé que no todos los libros se prestan a este ejercicio de introspección. Que algunos solo están para entretenerte y ya. Tampoco creo que «valga» subrayar cualquier libro (menos si es prestado o una primera edición). Pero, por lo demás, creo que deberíamos pensar en cuantas veces releemos un libro de nuestra estantería. ¿De qué sirve tenerlo intacto si no lo vas a volver a leer? Y, si no es el caso y de verdad volverás a sus páginas, ¿crees que esa nueva relectura será igual que la anterior? ¿No te gustaría encontrarte con los pensamientos de tu yo pasado?

Y tú, ¿te animas a dejar atrás el «culto» al libro? Si mi texto no te ha convencido, puede que Contra la lectura lo haga. O no. El caso es que sigas disfrutando de cada libro que llegue a tus manos.

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Miryam Artigas

¡Hola! Soy Miryam Artigas, y llevo escribiendo en esta web desde julio de 2009. Adoro leer, la fotografía, ver películas y series, cuidar mis plantas y hacer yoga.

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