La Biblioteca de Mujeres necesita un cuarto propio

Biblioteca de mujeres Madrid

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Hace unos días me escribió Carmen y me habló de la Biblioteca de mujeres de Madrid. Pese a llevar dos años en la capital, todavía no había descubierto la increíble historia de Marisa Mediavilla y por eso estoy escribiendo estas líneas.

Para los que no hayáis oído hablar de ella, contaos que su labor empezó en 1985. Marisa entendió la importancia de una habitación propia que la misma Virginia Woolf defendía en su libro. Fue entonces cuando comenzó a recolectar libros, actas, ponencias, cómics y panfletos. Decidió comprar, guardar y conservar todos los documentos que defendieran la necesidad de feminismo, la historia de mujeres y su lucha por la igualdad.

Con el paso de los años, Marisa fue recorriendo las calles madrileñas y guardando lo que iba encontrando en la sede del movimiento Feminista de la calle Barquillo. Sin embargo, la colección creció tanto (ahora cuenta con más de 300.000 ejemplares) que tuvo que donarla al Instituto de la Mujer para que fuera la institución quien se encargara de cuidarla. Lejos de reunir un espacio abierto al público, los libros acabaron en cajas en los sótanos del Museo del Traje.

La Biblioteca de mujeres y la necesidad de un cuarto propio

Biblioteca de mujeres

Como podéis ver, historias como la de Marisa no se encuentran todos los días. El increíble trabajo que le ha supuesto encontrar, comprar, catalogar y conservar estos fragmentos de historia ha sido titánico; y es una pena que no tengan una institución que saque ese material tan valioso de las cajas.

Con el fin de reivindicar la necesidad de tener un espacio para albergar la Biblioteca de mujeres, se llevaron a cabo una serie de actos el pasado 27 de mayo.

Distintas generaciones de mujeres se encontraron en la caseta 94 de la Feria del Libro. Desde allí todas desfilaron hacia la caseta central de la feria en absoluto silencio, haciendo un guiño a El cuento de la criada de Margaret Atwood. ¿Por qué este libro? Porque en él las mujeres son desprovistas de todos sus derechos y se dedican únicamente a concebir. Una metáfora de lo que supondría perder toda la genealogía que Marisa ha ido recopilando después de tantos años.

La importancia de la genealogía femenina

Biblioteca de mujeres

Tras la performance se llevaron a cabo dos actos: en el primero hubo una mesa redonda, moderada por Carmen G. de la Cueva, donde la propia Marisa Mediavilla contó la necesidad de preservar los libros. Además de ella también participaron Ana Rosseti, Silvia Herreros, Cristina Oñoro y María Folguera. En la segunda parte se celebró un recital poético bajo el título «Una genealogía propia».

Todavía falta mucha concienciación, mucha difusión y apoyo. Ojalá la Biblioteca de mujeres consiga pronto su objetivo. Que se preserve esa magnífica colección y que pueda crecer.

Encuentra más información sobre la Biblioteca de mujeres en este enlace.

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Miryam Artigas

¡Hola! Soy Miryam Artigas, y llevo escribiendo en esta web desde julio de 2009. Adoro leer, la fotografía, ver películas y series, cuidar mis plantas y hacer yoga.

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